La presión ocular se produce por una acumulación excesiva de líquido dentro del ojo. Es conveniente que tu optometrista la revise periódicamente para mantener una buena salud visual, porque puede convertirse en un problema serio si no se trata. La presión dentro del ojo debe estar entre 12 y 21 miligramos de mercurio (mm.hg). Si está más elevada es necesario acudir al especialista en oftalmología para iniciar el tratamiento adecuado, ya que si se ignora puede acabar en glaucoma e incluso en discapacidad permanente de la vista.

Retinografía. Presión ocular

Retinografía

 

Una presión ocular elevada está causada por un desequilibrio entre la producción y drenaje del líquido del ojo, el humor acuoso. Los canales que drenan ese líquido no funcionan correctamente, por lo que aumenta la cantidad de líquido dentro del ojo y aumenta la presión.

Las causas de que se eleve la presión son muy variadas, aunque las más normales son el estrés, lesiones oculares pasadas, envejecimiento y antecedentes familiares. Y los síntomas van desde dolor de ojo severo (que a veces puede provocar de náuseas y vómitos) y dolor de cabeza, pérdida gradual de visión, enrojecimiento de los ojos y visión borrosa.

Reducir la presión ocular

Para reducir la presión ocular y mejorar tu salud visual lo mejor es ponerse en manos de tu optometrista. Él te hará un examen completo que puede constar de varias pruebas, aunque las más habituales son una tonometría (examina la presión ocular interior) y una oftalmoscopia (donde se dilata el ojo para ver la forma y el color del nervio óptico).

Las otras pruebas que puede realizar el especialista son una perimetría (que analiza el campo visual), una gonioscopia (que observa el ángulo del ojo donde el iris se encuentra con la córnea) y una taquimetría (que mira el espesor de la córnea). Con ellas se evalúa de manera correcta la salud visual y se puede dar el tratamiento adecuado a cada caso

En oftalmología, el tratamiento más habitual es el uso de gotas que ayudan a reducir la presión, pero es importante que se siga el tratamiento prescrito para que su acción sea eficaz.

Si la presión alta persiste puede dañar el nervio óptico, dando lugar al glaucoma y en ese caso quizá sea necesario recurrir a la cirugía para mejorar el flujo de fluido dentro de os ojos y a la vez se baja la presión ocular. Dentro de la cirugía, la opción del laser se está abriendo camino ya que con ese método se abren los canales de drenaje bloqueados permitiendo que el exceso de fluido drene. Otra alternativa son los implantes de drenaje que se suelen utilizar en niños y personas con glaucoma avanzado.

Cómo mejorar la presión ocular

Pero lo mejor es la prevención. Si durante tu visita al optometrista este observa que tienes la presión ocular un poco elevada es conveniente que cambies una serie de hábitos (tanto alimenticios como de vida) para mejorar tu salud visual y de paso también tu estado de salud en general:

  • Elimina de tu dieta alimentos que pueden desencadenar un aumento en los niveles de insulina (diversos estudios han relacionado el nivel alto de insulina con el aumento de la presión ocular), como azúcar, pasta, cereales, arroz, patatas…
  • Elimina también la comida precocinada y la bollería industrial
  • Lleva una dieta sana y equilibrada, rica en vitaminas con poder antioxidante como la C, la B1, el caroteno, el licopeno, la luteína y la zeaxantina.
  • Toma ácidos Omega 3, ya que ayudan a la función retiniana y previenen que la presión ocular aumente.
  • Haz ejercicio. Ayuda a reducir los niveles de glucosa y de insulina.

Recuerda que es muy importante detectar si la presión ocular está alta y controlarla bien para poder reducirla sin que afecte a la visión ni al nervio óptico. En Alcocer Óptico tenemos el Tonómetro con el que valorar la presión ocular y te haremos un examen para saber si tu salud visual es la correcta y te recomendaremos que pasos has de seguir en caso contrario.