Soluciones cuando
ya no son suficiente las gafas convencionales.
BAJA VISIÓN
Potenciamos tu visión para un día a día más fácil
Soluciones cuando
ya no son suficiente las gafas convencionales.
BAJA VISIÓN
Potenciamos tu visión para un día a día más fácil
Hay deficiencias visuales para las cuales la corrección con gafas o lentillas es insuficiente. Y la medicación y la cirugía tampoco bastan. Y en ese momento, cuando la persona ha perdido una parte importante de su visión y las tareas del día a día se hacen más difíciles, nosotros podemos proporcionarle ayudas que contribuyan definitivamente a mejorar su calidad de vida.
¿Cómo ve una persona con baja visión?
Cada persona experimenta la baja visión de forma diferente. Como la deficiencia visual puede estar causada por traumatismos o diferentes enfermedades (degeneración macular, glaucoma, diabetes, retinosis pigmentaria, etc.), encontramos que la experiencia visual es diferente en cada caso. Los síntomas van desde la visión borrosa o parcheada, el deslumbramiento o la ceguera nocturna hasta la visión en túnel, la pérdida de contraste o la alteración de los colores. Por eso es imprescindible para nuestro equipo hacer un examen específico a la persona afectada.
El examen de baja visión es diferente
El examen que hacemos a una persona que sufre baja visión es muy específico porque nos centramos en el resto de visión que tiene y en sus características. El objetivo es encontrar las ayudas técnicas que le permitan ampliar las imágenes que llegan a su cerebro. En nuestro estudio seguimos tres pasos:
1
Evaluamos las alteraciones visuales, su origen orgánico y las necesidades visuales concretas que presenta la persona que ha acudido a nosotros.
2
Examinamos la cantidad y la calidad de la visión que tiene, analizando las distancias de lejos y cerca, las percepciones de color y contraste o la profundidad, entre otros parámetros.
3
Proponemos y probamos las ayudas visuales más adecuadas a su caso; entrenando al paciente para que aprenda a utilizarlas con agilidad e integrarlas en sus rutinas y a través del microperímetro para “aprender a mirar”
¿Para qué sirven las ayudas visuales?
Elegimos las ayudas visuales más adecuadas para que la persona con baja visión pueda utilizar al máximo la visión de la que dispone en función de las tareas que le gusta realizar. En general, son aparatos que ayudan en tres aspectos:
- Mejoran la agudeza visual.
- Aumentan el contraste.
- Eliminan el deslumbramiento.
¿En qué casos hablamos de baja visión?
- Técnicamente se considera baja visión a las personas que, después de utilizar una corrección en forma de gafas o lentillas, tienen menos de un 50% de visión y, por tanto, dificultades evidentes en el día a día.
- Si la visión baja del 20%, sus dificultades serán severas y las ayudas resultarán imprescindibles.
- Por debajo del 10% de agudeza visual y/o un campo visual restringido a 20 grados, se considera ceguera legalmente.
¿Qué ventajas nos proporciona el microperímetro?
El Microperímetro nos permite entrenar las zonas más sensibles y menos afectadas de la retina, de una forma objetiva, para volver a «aprender a mirar» de una forma más eficaz.
Proporciona datos numéricos:
Podemos cuantificar la mejora de los resultados.Relaciona la retina con un mapa de sensiblidades:
Podemos elegir el área que tenga mejor sensibilidad y nos proporcione una mejor agudeza visual evitando así las zonas dañadas.Ofrece valores de estabilidad de fijación:
Factor fundamental para poder tener una lectura continuada y un mejor enfoque.Permite poner menos dioptrías en las ayudas finales:
Utilizar el resto visual de forma eficaz nos permite tender a poner menor aumento. Esto implica no tener que magnificar tanto la imagen proporcionando una distancia de trabajo más alejada.
Existe mucha literatura científica que avala su eficacia y su éxito como técnica rehabilitadora fundamentada en la existencia de neuroplasticidad.